
Y es que, últimamente el equipo no transmitía las sensaciones que transmitía durante las primeras jornadas y la gente ya había empezado a dudar en torno a la figura de Nuno y su falta de autocrítica y preguntarse realmente qué le estaba ocurriendo al equipo. En los Cármenes se vio a un equipo apagado, sin ideas, que veía como le empataban un partido en el cual era primordial ganar, la gente vio también a un equipo que en Vallecas no supo reaccionar y por momentos realizó un juego pésimo, aunque ese día la suerte apareció en forma de gol y un gran De Paul se echó el equipo a las espaldas.
Ayer la tarde no empezaba del todo bien, poco antes del comienzo del partido se sabía que la Curva Nord se iba a manifestar contra la directiva durante el transcurso de la primera parte. Sin la Curva, se avecinaba una primera parte silenciosa, melancólica y donde la incógnita era si realmente aparecería el buen juego del equipo. Y apareció. Y esta vez fue Feghouli quien protagonizó un gran partido. Corría el minuto 12 de partido cuando un Barragán reconvertido en el mismísimo Cafú, puso un centro preciso y medido que Feghouli remató a placer a la portería del Rayo. Mestalla sonreía semanas después. Y Mestalla vería como un poco después, y en el corto espacio de dos minutos, dos goles le llevarían a resolver un partido que se ponía muy cuesta arriba para los visitantes. Y es aquí cuando apareció la figura de Piatti, ausente durante estas últimas jornadas, y quién demostró ser un perfecto ejecutor de los saques de esquina para que Feghouli anotara su segundo gol en el partido y que en el tercer gol hizo una jugada perfecta que culminó con un gran gol. Y Mestalla volvía a sonreír. Y Mestalla volvía a ver a ese Valencia de Nuno de las primeras jornadas.
Ya en el descanso, la afición reclamó a la Curva que animaran, y así fue. Ambas partes se unieron y la segunda parte, escasa de juego y buen fútbol, fue un monólogo de cánticos y ánimos para un Valencia que volvía a resurgir. Y la celebración de Otamonstruo en el tercer gol así lo definía.
Por desgracia, el protagonista de la segunda parte fue Teixeira Vitienes, quién de forma muy injusta expulsó al bueno de André Gomes y se encargó de fastidiar un partido que prometía ser un continuo monólogo de nuestro equipo y que podría haber acabado en goleada. Aún así, el equipo las tuvo. Negredo una vez más estuvo sublime aunque no encontró portería, pero estoy seguro de que se va a inflar a goles, y Rodrigo tuvo en sus botas un gol que podría haber sido una gran inyección de moral y confianza para él, pero Cristian le adivinó la trayectoria y desvió el mano a mano que tuvo. En definitiva, volvimos a ver a ese Valencia que tantas alegrías nos estaba dando, volvimos a ver a un equipo y vestuario unido que promete dar muchas alegrías.
No olvidemos que es un equipo joven cimentado a partir de esta temporada, démosle paciencia que seguro que nos va a brindar una gran segunda vuelta. El mejor regalo de Navidad para los valencianistas sería que el equipo nos brindara una victoria el martes en la Copa y en el difícil campo del Eibar y nos comiéramos los turrones viendo a nuestro equipo en posición de Champions, y así desparecieran los fantasmas de A Coruña o de los Cármenes. Y es que, este equipo, unido a posibles incorporaciones como la de Enzo Pérez, promete dar guerra. Así que calma, que se note que vamos unidos y a muerte con este equipo, que el Valencia de Nuno solo acaba de empezar.
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Artículo escrito por Sergio Anaya Anaya - @Anayetaa
Radio Taronja, una radio hecha por y para valencianistas.
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